













fotografías realizadas por Julia Cohen.
video realizado por Lucía Galli.
Veo a Juli luminosa a través de la pantalla de zoom. Recién se sacó sus aparatos fijos y su sonrisa se siente nueva. Vamos a presentar nuestros libros juntas, casi como si fuéramos dos puérperas compartiendo un parto reciente. La sensación es que ronda entre nosotras una melancolía mezclada con alivio. Logramos encuadernar una historia, un duelo, un ciclo de nacimiento y muertes. Cuando Juli me cuenta la historia de su vida, esa de los grandes acontecimientos, me doy cuenta de que muchas de las preguntas existenciales, esas que duelen, las que vienen adosadas a la maternidad como una estampilla a un sobre, podría hacérselas a ella. ¿Qué sentirían mis hijas si yo me muriera? Como es perder a una madre, como se recupera un hijo de la pérdida de una madre. ¿Se recupera una madre de la pérdida de un hijo? Juli sabe muchas cosas y estuvo muchos años ensayando la manera de sacarlas para afuera. Las fotógrafas que trabajamos con la autobiografía lo hacemos porque no podemos hacer otra cosa, hay un relato para contar, que debe ser contado y salimos entonces a buscar esas imágenes porque sabemos que están en algún lado, dispuestas a servirnos para sanar, transitar, un duelo.
Pequeño vuelo es sutil y áspero al tacto. Lo digo en todos los sentidos posibles. Construir un libro con imágenes de archivo intervenidas de tu madre que partió y de tu hermano que partió es ganarle a la tristeza.
Pequeño vuelo es sutil y áspero al tacto. Lo digo en todos los sentidos posibles. Construir un libro con imágenes de archivo intervenidas de tu madre que partió y de tu hermano que partió es ganarle a la tristeza.
Creo que Pequeño vuelo trata sobre la vida y la muerte pero sobre todo sobre la memoria y sobre el amor. Las capas de recuerdos que cargan cada foto se pueden sentir, pesan. La madre de Juli se parece mucho a Juli y creo que Juli de pequeña y su hermano se parecen también a Pedro. La madre, llevada a un blanco sin detalle, se destaca como si una nena quisiera volverla muñeco, un souvenir, una figurita de álbum, la que falta, la difícil, con la que soñamos. En ese blanco puro, detrás pero en esa forma, Juli resalta una pérdida pero también un recuerdo imborrable. Juli le ofrenda flores que seca aplastadas por un libro que podría ser el mismo álbum familiar de las fotos que atesora y las fotografía para ofrecerlas a su mamá y a su libro, que parece que son lo mismo, o uno es refugio de la otra y viceversa. Un libro puede ser tanto y darnos tanto. Y casi hacia el final, una gaviota.
Lucía Galli